Comillas es uno de los municipios más populares y visitados de Cantabria. Y no es de extrañar. Se trata de una villa que, gracias a su valor monumental, tiene la consideración de Conjunto Histórico Artístico desde 1985 y que ofrece una oferta de ocio cultural muy interesante. Aquí queremos hablarte de ella en profundidad y, de paso, animarte a que tú también la conozcas.
Comillas, la “Villa de los Arzobispos”
La Villa de los Arzobispos. Ese es el sobrenombre con el que Comillas es conocida. ¿El motivo? Entre los siglos XVII y XVIII nacieron dentro de su territorio cinco de los más importantes prelados de la región.
Sin embargo, más allá de por ese hecho histórico, la villa es conocida por otros muchos aspectos. El principal de ellos es sus construcciones de estilo modernista basadas, especialmente, en la escuela catalana del siglo XIX. Esto hace que cuente con multitud de casas solariegas, palacios, pequeñas plazas, parques y calles empedradas. Todo ello queda aderezado por una hermosa playa que, sin duda, ofrece excelentes planes de ocio durante los meses correspondientes a la temporada de verano.
Qué ver y hacer en Comillas
Desde luego, a pesar del reducido tamaño de la villa de Comillas, aquí no hay espacio para el aburrimiento. Nuestro consejo es que comiences tu visita en la Plaza Central, que es el auténtico punto neurálgico del municipio. Además de alguna que otra casona de interés, aquí podrás encontrar el edificio del Ayuntamiento y la Iglesia Parroquial de San Cristóbal, que data del siglo XVII.
A través de esta céntrica plaza es posible acceder también a la Plaza de los Tres Caños, donde se encuentra la fuente del mismo nombre. En ella hay una serie de torres y de casas blasonadas que también son dignas de una mención especial.
Sin embargo, los atractivos de la villa no quedan aquí. Hay otros muchos enclaves de obligada visita si te animas a conocerla. Vamos a verlos:
- El Cementerio de Comillas. Se encuentra a las afueras de la villa y en el punto más alto de una loma que ofrece unas vistas espectaculares de la zona. Sin duda, se trata de uno de los parajes más bellos del lugar. Allí encontrarás también las ruinas de una antigua iglesia gótica. Especial mención merece el Ángel de Limona. Se trata de una escultura que, espada en mano, se ubica mirando hacia el mar.
- La Universidad Pontificia. Fue fundada originalmente como seminario de pobres por los jesuitas en el siglo XVII. Su puerta es una auténtica joya arquitectónica. En ella se mezclan materiales muy diversos como, por ejemplo, la piedra labrada, la cerámica con reflejos metálicos y el ladrillo. Te aconsejamos prestar mucha atención al escudo, en el cual podrás ver las llaves pontificias con el anagrama JHS (Jesús de los Hombres Salvador) y la tiara. Actualmente no está en uso y se puede visitar. Eso sí, todos los mayores de 12 años han de pagar entrada (3,50 €). De octubre a mayo solo abre por las mañanas, mientras que de junio a septiembre lo hace todo el día.
- El Monumento del Marqués de Comillas. Nos desplazamos ahora hasta el prado de Ángel Pérez para encontrar este fabuloso monumento. En concreto, se alza sobre un pedestal con forma de proa de barco sobre el cual hay una columna y una estatua con la figura del marqués que dio nombre a la villa.
- La Coteruca. Si te gustan los miradores y disfrutar de los mejores atardeceres, te recomendamos subir también a esta colina. Asoma al mar y ofrece una espectacularidad paisajística única. En ella se encuentra el antiguo hospital de la villa, que ahora ha sido reconvertido en una residencia de mayores.
- La Ermita de Santa Lucía y su mirador. Para muchos, este es el mejor mirador de la villa. La verdad es que ofrece unas vistas de la playa, del pueblo y del mar Cantábrico imponentes. Además, está justo al lado de esta famosa ermita, la cual también es digna de una visita.
- La Casa Ocejo. Fue mandada construir por el Marqués de Comillas. Su propósito fue el de dar a su madre un lugar en el que residir dentro de la villa con todos los lujos y comodidades. Fue construida en piedra de sillería sin ornamentar.
- El Palacio del Marqués de Comillas o de Sobrellano. Es conocido con ambas denominaciones por igual. En él es posible observar detalles premodernistas, pero debe definirse como de estilo neogótico. En conjunto con él se alza la Capilla-Panteón, que alberga varios mausoleos de mármol.
- El Capricho. Se trata de una residencia de verano que está justo al lado del palacio citado anteriormente. Se trata de una obra de estilo arabesco del arquitecto Antoni Gaudí. Desde 1969, es considerado como Monumento Histórico-Artístico.
- La Puerta del Moro o “de los pajaritos”. Otro de los proyectos de Antoni Gaudí que fue desarrollado dentro de la villa. Es cierto que puede pasar algo desapercibida, pero esconde una historia detrás muy curiosa. Cuando la veas, si te fijas, verás que posee tres agujeros. Uno queda claro que es para las personas que caminan a pie y el otro para los coches. Pero ¿y el tercero? Pues está destinado a que los pájaros puedan atravesarla sin problemas. De ahí su sobrenombre.
- La playa. El mejor lugar para refrescarte durante el verano. Resulta sorprendente, pero se trata de una playa bastante amplia y extensa que, cuando el mar Cantábrico está en calma, resulta ideal para el baño. Pero, si no es así, siempre puedes optar por recorrer su precioso paseo marítimo hasta llegar al puerto.
Una villa imprescindible en el corazón de Cantabria
En definitiva, sobran los motivos para visitar Comillas si te encuentras en Cantabria o si has planeado una ruta por lo más selecto de su territorio. Como habrás podido comprobar a través de este recorrido por sus principales enclaves de interés, se trata de un lugar repleto de espectaculares miradores y de monumentos de gran valor histórico y artístico. Pero, además, cuenta con una gastronomía exquisita que podrás degustar en prácticamente cualquiera de sus restaurantes tradicionales. Un sitio perfecto para una escapada de fin de semana romántica o en familia.